De nuevo aquí un lunes o mejor dicho martes (después del llamado puente de la constitución). Lo único bueno del día es su carácter gris, húmedo, depresivo. El resto es lo mismo. Otro día alienado, alienándonos nosotros mismos (y algunos sin darse cuenta).

Algunos peleles de carácter cyberpunk rezan por el surgimiento del control de las máquinas (en parte por el placer de demostrar su clarividencia) y no recuerdan que ya nos tienen controlados, nos tienen… y lo aceptamos. Otros, de esos mismos seres, confían en una futura alianza entre máquinas y la élite para controlar a la población; y no saben que eso ya ocurre.

Otros se escandalizan al leer en libros sobre el control estatal (o del partido, o del sistema, o del libre mercado, llamase como quiera) a través de las drogas y no saben que eso ya ocurre.

El libre albedrío: vaya ocurrencia.